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Estructuras homólogas

Definición de estructuras homólogas

Las estructuras homólogas son órganos o elementos esqueléticos de animales y organismos que, en virtud de su similitud, sugieren su conexión con un ancestro común. Estas estructuras no tienen que verse exactamente iguales ni tener la misma función. La parte más importante, como lo indica su nombre, es que son estructuralmente similares.

Ejemplos de estructuras homólogas

Una historia de colas

Los monos, gatos, ratas y otros mamíferos tienen cola. En los mamíferos, la cola es una extensión del torso, hecha de vértebras flexibles. Las colas funcionan principalmente para protegerse de los insectos, pero también pueden servir como fuentes de equilibrio para especies más distantes, como los gatos.

Los seres humanos poseen una característica similar conocida como coxxyx o coxis. También es una extensión del torso, está hecho de lo que algunos científicos llaman “vértebras rudimentarias” y se cree que alguna vez fue una cola completamente formada. Sin embargo, a diferencia de otras colas de mamíferos, actualmente no tiene ningún propósito.

El hecho de que la estructura del cóccix humano se parezca tanto a la de la cola de un animal da a los científicos una razón para vincularlo a un ancestro común entre mamíferos y humanos. Debido a este vínculo, la cola de los mamíferos y el cóccix humano son estructuras homólogas.

Ojo tiene una bombilla

No todos los animales pueden ver como lo ven los humanos. Las criaturas de las profundidades marinas, como la quimera, viven en un entorno tan oscuro que sus ojos no han desarrollado las sofisticadas habilidades discriminatorias que tienen los ojos humanos. Sus señales visuales provienen de receptores de luz cerca de la parte frontal de su cráneo y no ven el color ni la profundidad.

Al igual que los receptores de luz, el ojo humano capta la luz y envía esa información al cerebro. Como los seres humanos hemos evolucionado en un entorno completamente iluminado por el sol, sus ojos contienen filtros adicionales, o fotorreceptores, que nos permiten percibir colores, sombras y distancia. Más específicamente, los fotorreceptores en forma de varilla nos permiten ver el blanco y negro y las sombras, y los fotorreceptores en forma de cono nos permiten ver el color y la saturación.


La imagen muestra una quimera ciega que «ve» con receptores de luz.


La imagen muestra que un ojo humano usa bastones y conos para convertir la luz en imágenes.

Gracias a la evolución y el medio ambiente, la función del ojo humano se convirtió en algo mucho más sofisticado que la de las criaturas de las profundidades marinas, como la quimera. Sin embargo, a pesar de que nuestra capacidad para ver imágenes completas y que la quimera esté restringida solo a la sombra, el hecho de que tanto los ojos como los receptores de luz «vean» al captar luz confirma que existe una posible conexión con un ancestro común y, por lo tanto, estructuralmente homólogo.

Levanta la cabeza en alto

Las jirafas son objeto de asombro y asombro, y con razón. Desde que Carl Linnaeus los clasificó por primera vez en 1758, estos animales han captado la atención de todos los que exploran el Sahara.

Sus largos cuellos, especialmente, atraen la mayor parte de la atención. Aunque miden hasta dos metros y medio de largo y pesan más de 600 libras, contienen solo siete vértebras cervicales o huesos del cuello. Al observar la imagen de abajo, vemos que estos huesos tienden a ser más largos, alrededor de un pie de largo.

Los humanos también tienen vértebras cervicales, pero tienden a ser mucho más cortas que las de la jirafa. Al examinar el diagrama del cuello humano, las vértebras cervicales humanas parecen mucho más cortas y más achaparradas que las de la jirafa.

El cuello largo de una jirafa
El cuello largo de una jirafa

No obstante, tanto el cuello humano como el de jirafa contienen siete huesos. Este número, cuando se combina con la estructura similar de la columna vertebral humana y de la jirafa, permite a la comunidad científica postular que los humanos y las jirafas, por diferentes que sean, comparten un ancestro común. Como tal, sus vértebras cervicales son estructuralmente homólogas.

  • Coxis: el «hueso de la cola» al final de la columna vertebral de un mamífero. El cóccix puede estar compuesto por vértebras fusionadas o puede extenderse hacia una cola.
  • Fotorreceptor: estructura, generalmente una célula u órgano pequeño, que detecta cualquier luz que incida sobre ella.
  • Vértebras cervicales: los huesos que brindan soporte a la columna superior.
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